lunes, 15 de septiembre de 2008

El gobierno nacional vs. el campo argentino

12 de Marzo, 2008 En http://www.loqueveo.fullblog.com.ar/

El gobierno nacional aumentó las retenciones a la exportación de girasol y soja al 44,1%. La gente de campo siente nuevamente que el gobierno ataca su fuente de ingresos, y que el campo es otra vez usado para “sacar del pozo” al país.
Los productores piensan que esos u$s1000 millones adicionales que recaudará el Estado podrían ser utilizados en crear más fuentes de trabajo, y en la modernización de sus maquinarias, entre otras cosas.
Los peones rurales están divididos entre los que apuestan a la mejora de los campos (y con ello, sus condiciones laborales) y los que se sienten marginados ante el avance de la producción sojera: este el caso de los tamberos, cuestión que se explica en el siguiente artículo del diario Crítica de la Argentina.

La guerra gaucha
Ante las primeras movilizaciones del campo contra la política de Cristina Kirchner, el Gobierno dobló la apuesta y aumentó las retenciones a la exportación de soja y girasol.El ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció que el fisco incrementará del 35 al 44,1% la porción que embolsa de lo que cobran los exportadores por tonelada de soja. Y que esa alícuota subirá del 32 al 39,1% en el caso del girasol. El impuesto pasó a ser móvil y trepará desde ahora a la par de los precios internacionales de esos alimentos, que prácticamente se duplicaron en el último semestre y que superaron su pico histórico de los últimos 35 años. Pero bajará marginalmente para el trigo y el maíz, como señal para incentivar su producción destinada al mercado local.Lousteau explicó que los productores de soja recibirán el mismo precio que a fines de diciembre por sus cosechas y los de girasol el mismo que a mediados de enero. También negó que el objetivo sea recaudar más, aunque la suba reportará unos 3.000 millones de pesos adicionales por año al fisco. El esquema de retenciones móviles, según anticipó, regirá durante todo el gobierno de Cristina y apunta a otorgar “mayor previsibilidad” al campo.La medida hará más atractivas a la ganadería y la producción de alimentos que se consumen en el país frente al cultivo de soja. “La sojización está haciendo subir mucho el precio de las tierras y desalentando otras actividades”, advirtió Lousteau, flanqueado por el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, y el de Política Económica, Gastón Rossi.Su idea es frenar el aumento del precio de los alquileres de campos, que expulsan a tamberos y ganaderos por la menor rentabilidad de sus negocios.Así apuesta a que el boom de la soja no agregue más presión a la inflación por caída de la oferta de alimentos como la harina, la carne, la leche y el pan.Las protestas del campo igual llegaron a los pocos minutos. La Federación Agraria Argentina (FAA) bloqueó por la mañana los puertos de dos multinacionales acopiadoras para exigir una rebaja en las retenciones al trigo y opinó después de los anuncios que el plan oficial era “una risa”.El impuesto para el trigo bajó del 28 al 27,1% y para el maíz descendió del 25 al 24,2 por ciento. Los dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) evaluarán hoy si lanzan nuevas medidas de fuerza y volverán a agitar el fantasma del paro agropecuario, mientras los ganaderos de Carbap promoverán un boicot a la carne.Desde el Gobierno argumentan que su decisión incentiva una mayor industrialización de las exportaciones, hoy explicadas en un 65% por productos primarios y manufacturas agrarias con bajo valor agregado. Ponen como ejemplo que convendrá más darle de comer la soja a un cerdo y venderlo al exterior que embarcar directamente el grano.“Medidas así sirven para desacoplar los precios internacionales de los domésticos, para orientar los saldos exportables y al mismo tiempo garantizarnos el abastecimiento interno”, dijo Lousteau. El dinero que se recaude servirá a la vez para financiar los subsidios para los alimentos fabricados en el país. A ese fin se destinaron en el último año 1.392 millones de pesos y hasta fin de año harán falta unos 3.000 millones más. Pero las asignaciones beneficiaron especialmente a un grupo de diez empresas, que se llevó la mitad de ese monto. Y los precios subieron igual.

Enterate más en http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=740

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